Un
climograma o diagrama ombrotérmico es un gráfico en el que aparecen
representadas las precipitaciones, a través de barras, y las temperaturas, a
través de puntos unidos por una línea, de un lugar concreto a lo largo de un
año. Las temperaturas aparecen en grados centígrados y las precipitaciones en
mm.
La
precipitación anual es de 1016mm, es decir, abundante, propia de áreas
montañosas o del clima oceánico. La distribución de las precipitaciones es
regular, propia del clima oceánico, ya que no encontramos meses secos (ninguno
baja de 30mm). Las precipitaciones se dan en forma de lluvia, ya que en los
meses de invierno la temperatura no llega a 0o de modo que no pueden
producirse en forma de nieve.
Las
temperaturas más altas tienen lugar en los meses de verano con los que nos
encontramos en el hemisferio norte, y por el análisis de las temperaturas en el
área templada. La temperatura media anual de este climograma es de 13,9oC
lo que nos indica que es moderado propio de zonas como la costa cantábrica,
bordes del valle del Ebro y la submeseta sur excepto Extremadura y Andalucía
oriental.
La amplitud
térmica, es decir la diferencia entre el mes más frio, en este caso enero con
9,4oC y el mes más cálida (agosto con 19,5oC) nos da un
resultado de 10o, una amplitud baja propia de la costa cantábrica (entre
9 y 12).
Las
temperaturas en verano son frescas, pues ningún mes alcanza los 22 grados de
media, mientras que las temperaturas de invierno son suaves, ya que se sitúan
en torno a los 10 grados.
Existe una
correspondencia entre los meses más cálidos y los que presentan menor
precipitación, aunque, según los índices de aridez, no aparece ningún mes seco,
sino que nos encontramos en un climograma húmedo.
Por todo lo
analizado anteriormente podemos concluir que nos encontramos ante un climograma
propio del clima oceánico. (localización)Este clima se extiende por las cornisas cantábrica y
atlántica (desde Galicia hasta parte de Navarra), pudiendo pertenecer a ciudades como Gijón o San Sebastián. Se caracteriza por
precipitaciones abundantes (> 800 mm anuales) y regulares, repartidas a lo
largo del año (llueve más de 150 días), siendo mayoritarias en invierno y
mínimas en verano. Ningún mes está por debajo de los 30 mm y no hay aridez
estival. Esta abundancia de precipitaciones se debe a la acción frecuente de
las borrascas del Frente Polar y a la cercanía de las montañas al mar que
potencia la acción de las borrascas (lluvias orográficas). Las temperaturas son
suaves a lo largo de todo el año (media cercana a 15º) y la amplitud térmica
anual es baja (en torno a 10ºC) –debido a la acción termorreguladora del
Atlántico–, con inviernos moderados (ningún mes baja de 6º), sin heladas, y
veranos frescos (la media del mes más cálido no alcanza los 22º).
En esta zona
vamos a encontrar unos ríos, los de la vertiente cantábrica: cortos y bien
alimentado, que nacen en las Montañas Galaico-leonesas, el Macizo Asturiano, la
Cordillera Cantábrica y los Montes Vascos, teniendo un fuerte poder erosivo,
creando estrechos valles, son río como el Nalón o el Nervión.
En este
clima la vegetación que se da es propia de la región eurosiberiana, el dominio
vegetal de la España atlántica, la España húmeda, se caracteriza por
formaciones vegetales como el bosque caducifolio de árboles de gran densidad y
altura, como robles, hayas y otras especies en menor número como castaños,
olmos…, un sotobosque de helechos y musgo, la landa y el prado. Hoy han sido
sustituidas esas especies naturales por otras de mayor interés económico para
la industria del mueble o del papel, como eucaliptos o pinos, si bien, en la
actualidad uno de los principales atractivos y fuente de recursos económicos
del bosque atlántico es su conversión en espacio de ocio.
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